sábado, 1 de marzo de 2008

-Herrán


El pueblo de Herrán se encuentra cerca de la raya divisoria con Álava, en donde el Purón penetra en Tobalina. El fuero de Valderejo (año 1273) cita ya uno de sus mojones con Álava que se encontró en Vacamea, poco más arriba de los puentes en donde una altísima roca lanza un chorro de agua que le da tal nombre. Por este lugar y sobre sus famosos puentes, asentados en la roca viva, se dice que pasó la vía romana que desde Briviesca, por Frías, llevaba a Orduña.

El nombre de Herrán deriva del monasterio fundado en los años de la repoblación, que podría traducirse algo así como la cerca o el cercado. Una herrén es una huerta cercada. Herrán es, sin duda, un lugar nacido y desarrollado a la sombra del barrio de S. Martín. El caserío actual se halla en la margen derecha del río, en una pronunciada cuesta, lo que explica que sus calles sean tan tortuosas.

El término vecinal es amplio pero con el inconveniente de que su mayor parte se extiende por la Arcena. La economía ha consistido tradicionalmente en un equilibrio de agricultura y ganadería, aunque antiguamente ésta tuvo mayor peso, como lo demuestra la fundación del antes citado monasterio a quien se dotó de un numeroso y variado rebaño. En Herrán también existió un pequeño hospital.

Herrán es posiblemente el pueblo más antiguo del valle. Se habla de un asentamiento de la Edad de Hierro. Que hubo un poblado romano es seguro confirmado, entre otras cosas, por la reciente aparición de diversos hallazgos, entre ellos varias monedas. Es el primero de los lugares ocupados en los años de la repoblación. El desfiladero abierto por el Purón fue una de las vías más importantes del valle durante toda la Edad Media, lo que explica cierta prosperidad de Herrán en tiempos pasados, el que su vecindario haya sido crecido y el que allí se estableciera una pequeña colonia judía. Con la apertura de la carretera de Miranda fue abandonado por completo el camino hacia Ribera, lo que ha herido de muerte a Herrán.

La iglesia es indudablemente una de las mejores del valle. Interiormente aparece perfectamente iluminada, amplia y bien conservada. Consiste fundamentalmente en una gran nave central con ábside poligonal. El retablo rococó es de nogal sin policromar, de buena factura y ocupa todo el frente. Entre sus imágenes pueden verse S. Antonio, S. Isidro, Santa Agueda y S. Miguel. Fue altar privilegiado hasta 1908.
A mediados del siglo XVI comenzaban los preparativos para la construcción de la iglesia.

El famoso monasterio de S. Martín fundado es el pionero de la repoblación eclesiástica en Tobalina. Se alzó al este de Herrán, junto a las tumbas rupestres, en lo alto de un montículo. Como nos recuerda el documento de S. Millán de la Cogolla sería levantado el 4 de julio del año 852 (o hacia estos años) por escasas personas: 4 clérigos, 5 presbíteros, y tres monjes, a los que habría que añadir sus tres fundadores, Paulo, Juan y Nuño.
El mismo año de la fundación del conde D. Diego anexionaba este monasterio al de S. Felices de Oca. La datación es insegura pues parece que posteriormente (872?) pasó a depender del recién fundado monasterio de S. Martín de Losa, levantado por los clérigos citados en Herrán. Los mismos personajes y posiblemente en igual año agregaban a sus vez al de Herrán otro pequeño monasterio que acababan de crear en la zona, probablemente hacia el norte, llamado S. Román de Dondisle. Finalmente hay que señalar que el año 978 un rico matrimonio se entregaba como donado al monasterio de Herrán y a su abad Munio, aportando numerosos bienes en Tobalina y la Bureba.

El monasterio-ermita de S. Martín levantó, como ya se dijo, en la margen iquierda del Purón, pegante a las tumbas antropomorfas de las que aún pueden verse cuatro. Aún son bien visibles las ruinas. Parte del edificio se apoyó en la roca viva, en entalladuras todavía notables.
De la ermita de Nuestra Señora del Pópulo, (que significa lugar de pobos o chopos, hoy denominada de Pópilo) queda una sección de arco de medio punto perfectamente tallado en la roca viva en dirección sureste-noroeste. En un extremo se conserva el nicho de una tumba que debió de estar cubierta de lápida con un hueco superior para Sagrario o lucerna. Dicha tumba mide 2 metros de longitud por 0,90 de profundidad y 1,10 de altura. A media altura pueden verse tres agujeros para incrustar vigas que sirvieron seguramente de base a la vivienda del ermitaño. El conjunto rupestre mide 6,25 metros de largo por 4 de altitud. Cerca de esta ermita existe un camino tallado en la roca que se dirige al sur. En la finca cercana se han encontrado algunas tumbas.

La ermita de San Roque (antiguamente S. Felices) es la que se levanta poco después de los puentes, cobijada por la peña, por donde primitivamente pasó el camino hacia Ribera. Todavía puede verse el edificio que consta de dos partes semejantes consecuencia, seguramente, de alguna ampliación. En 1780 «estaba cuasi arruinada». Consta que en 1912 guardaban la imágenes de S. Roque y Nuestra Señora de la Silla. Las tierras de su contorno fueron puestas en cultivo en los primeros momentos de la repoblación por lo que diezmaban a S. Martín. En realidad eran de esta ermita todos los diezmos desde los puentes arriba, lo que podría indicar que antes fue parroquia de algún pequeño poblado que allí se levantaba, posiblemente el antiguo Pontecerci.Finalmente hay que destacar en Herrán una buena casa armera llamada de los «Gallegos». Habría que fecharla en la primera mitad del siglo XVII.

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