martes, 5 de febrero de 2008

-Escalada


El pueblo de Escalada se encuentra en pleno Cañón del río Ebro, junto a un pronunciado meandro del río, al pié de unos impresionantes farallones rocosos presididos por los altos llamados de Aidal y Espeluca, y envuelto en frondosos bosques de quejigos y encinas.

En la primera mitad del siglo IX, los condes castellanos proceden a la repoblación y organización sociopolítica de los valles del norte montañoso burgalés, uno de cuyos hitos fue el entorno en el que hoy se sitúa Escalada. En las inscripciones y documentos aparecen mencionados diferentes personajes protagonistas de este periodo histórico: los nobles Fernando y Gutina, señores del emplazamiento defensivo de Castrosiero; el conde Gundesindo, que hacia el año 816 condujo a su familia y ganados desde los valles cántabros de Esles y Toranzo hasta estas tierras burgalesas; y el abad Rodanio, el cual fundó el monasterio de San Martín de Escalada.

La población de Escalada dependió, jurídicamente, del alfoz de Siero-Sedano desde el siglo X, y ya en el XIV se integró dentro de la merindad de Burgos-Ubierna. En este término existió el mencionado monasterio dedicado a San Martín, del que se tiene noticia desde finales del siglo IX. En el siglo XIII pasó al patronato regio, y, una centuria más tarde, todavía se mantenía en pie, al frente de un extenso patrimonio señorial que abarcaba bienes en Turzo, Covanera, Tubilla del Agua y Cortiguera, entre otros.
Con el paso del tiempo, Escalada se convirtió en un próspero pueblo dedicado a la agricultura y a la ganadería. Esto facilitó la llegada de gentes enriquecidas pertenecientes a la baja nobleza, que levantaron una serie de casonas señoriales con sus escudos y armas respectivas. Las entradas a estos edificios presentan una característica común: una puerta con arco de medio punto, resaltado con decoraciones geométricas, entre las que destaca una flor inscrita en un círculo, motivo que también encontramos en otros lugares de la zona. La vivienda más señalada es el palacio de los Gallo, elegante edificio del siglo XVII, alzado en las inmediaciones de la carretera. Cuenta con dos esbeltas torres que sobresalen del resto del caserío, y fue construido por Gregorio Gallo, obispo de Segovia.
Próxima se encuentra la denominada Torre de los Gallo que debió ser la casa primitiva de la familia hasta la construcción del nuevo palacio.

Otro edificio singular es la iglesia parroquial de Santa María la Mayor, emplazada en lo más
alto del caserío. Su estructura actual responde a las sucesivas reformas llevadas a cabo durante los siglos XVI y XVII, aunque todavía conserva algunos vestigios románicos en la espadaña reutilizada, el muro meridional y la portada. Esta última, de finales del siglo XII, es el elemento de más bello contenido artístico. En el entorno de la portada aún se conservan algunos restos pictóricos que deben fecharse en la Baja Edad Media. Es un edificio de nave única, con muros de sillarejo y mampostería, salvo el antecuerpo de la portada, y una espadaña a los pies hoy reconvertida en torre. En su interior conserva un destacado retablo plateresco.

Escalada conserva un conjunto urbano de notable arquitectura popular. El elemento arquitectónico más destacado es la solana o balcón corrido de madera, propio de las casas de estilo montañés, muy habituales en la comarca. En cuanto a la organización interna de las viviendas, constan de una planta baja con un zaguán, desde el que se accede a las cuadras en la parte trasera; en el piso superior se sitúan las estancias habitables, y el desván se utiliza como granero y trastero.

Desde Escalada un precioso camino nos lleva siguiendo el río Ebro hasta el espectacular emplazamiento de Orbaneja del Castillo.
Fuente: Turismoburgos.org

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