lunes, 17 de septiembre de 2007

-Fernando I, el Magno




Fernando I el Magno (1016-1065), rey de Castilla (1035-1065) y de León (1037-1065). Era el segundo hijo de Sancho III de Navarra y doña Mayor de Castilla. Fue designado por su padre para regir el condado castellano con el título de rey.

El 22 de julio de 1038 fue ungido rey de León y, simultáneamente, primer rey de Castilla, por lo que es el fundador de la monarquía castellana. Con él comienza en 1035 la historia del reino de Castilla.

El título real llevó aparejado una importante merma de este territorio, ya que Sancho III engrandeció Navarra con una amplia franja del este de Castilla en la que se incluían tierras cántabras, burgalesas y alavesas. En compensación, Fernando I recibió las tierras situadas entre el Cea y el Pisuerga.


Fernando I se casó en 1032 con la infanta Sancha, hermana de Vermudo III de León, lo que le posibilitaría el acceso al trono leonés. Las rivalidades fronterizas con León fueron la causa de su enfrentamiento con Vermudo III, que fue derrotado y muerto en la batalla de Tamarón (1037). Esta victoria sobre el rey leonés permitió al monarca castellano hacer valer los derechos de su mujer sobre León. Fernando se proclamó rey de León y Galicia y fue ungido como tal en la iglesia de Santa María de León en junio de 1038.
Desde entonces se autotituló imperator, dignidad que le fue reconocida por sus hermanos los reyes de Navarra y Aragón.
Para atender a la reorganización del reino leonés, Fernando convocó un concilio en Coyanza (Valencia de don Juan), en el que se abordaron cuestiones civiles y eclesiásticas. Los conflictos fronterizos también se suscitaron con Navarra, enfrentándole a su hermano García Sánchez en la famosa batalla de Atapuerca (1054), en la que murió el navarro.
Al principio Fernando I ocupó sólo el noroeste de la Bureba recibiendo el vasallaje de su sobrino Sancho IV, pero después consiguió el avance de la frontera castellana hasta Castro Urdiales, Valpuesta, Lantarón, Cellórigo y Pazuengos.
En sus relaciones políticas con los musulmanes hispanos, el rey Fernando alternó las conquistas militares con la explotación económica mediante la imposición de tributos. Reconquistó en el norte de Portugal las plazas de Viseo, Lamego y Coimbra, obligando a los musulmanes a retirarse al sur del Mondego.

En 1063, las tropas del rey Fernando, capitaneadas por su hijo Sancho, se pusieron al servicio de al-Muqtadir de Zaragoza. Esta alianza de castellanos y musulmanes significó la victoria frente al rey de Aragón Ramiro I, que intentaba conquistar Graus. A los demás reinos taifas se les exigió el reconocimiento de la soberanía de Castilla en forma de parias. Por este método se logró el vasallaje de Zaragoza, Toledo, Badajoz y Sevilla.

En 1063, ante una junta de magnates y obispos, Fernando diseñó el reparto de sus reinos. Su hijo mayor, Sancho, heredaría Castilla y las parias de Zaragoza; León sería para su hijo Alfonso junto con las parias de Toledo, y García recibiría Galicia y las parias de Badajoz y Sevilla. A sus hijas, además del señorío sobre todos los monasterios del reino, a Elvira le correspondió el señorío de la ciudad deToro y a Urraca, la plaza deZamora.
El reinado de Fernando I señaló el comienzo de los esfuerzos castellanos por conseguir la hegemonía peninsular, mediante una política de expansión de Castilla a expensas de Navarra y de las tierras del noreste peninsular.
Sus restos yacen para la eternidad en el Panteón Real de San Isidoro de León, bajo una inscripción en latín que resume sus logros como monarca: "Aquí está sepultado Fernando el Grande, rey de toda España, hijo de Sancho, rey de los Pirineos y Tolosa. Fue él quien trasladó los cuerpos santos a León: el del bienaventurado Isidoro arzobispo desde Sevilla, y el de Vicente mártir desde Ávila. Hizo esta iglesia de piedra, que antes era de barro. Guerreando, hizo tributarios suyos a todos los sarracenos de España. Conquistó Coimbra, Lamego, Viseo y otras ciudades. Tomó, por las armas, los reinos de García y de Vermudo. Murió el 27 de diciembre de 1065".

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